- Los voluntarios deben cumplir las normas del Centro Integral Canino de Majadahonda con el fin de asegurar el bienestar de los perros y gatos que esperan a sus familias de acogida o adopción.
- El protocolo recoge recomendaciones sobre el cuidado y paseo de los animales domésticos, así como normas de seguridad y funcionamiento del CICAM, como el respeto de horarios y procedimientos veterinarios.
El Ayuntamiento de Majadahonda ha puesto en marcha un protocolo del voluntariado en el Centro Integral Canino de Majadahonda (CICAM) que protege animales domésticos, especialmente perros y gatos, hasta su adopción. El objetivo de este protocolo es establecer las normas y procedimientos que deben seguir los voluntarios del centro para garantizar la seguridad y el bienestar de las mascotas.
En este sentido, con perros, el protocolo advierte a los voluntarios que debe evitarse juntar a animales que no se llevan bien o pasearles por zonas que les generan estrés. Además, los juguetes que se ofrecen a los perros deben estar supervisados por el personal del CICAM que también ofrecerá su asesoramiento sobre la higiene y el cepillado que necesitan los animales. El protocolo recomienda evitar juegos que impliquen las manos o morder, preparar pistas cognitivas y entrenar comportamientos, con instrucciones cortas y amables que faciliten su futura adopción. Todas estas actividades estarán coordinadas con el personal experto del CICAM.
Así mismo, es importante que los voluntarios informen a los miembros del CICAM de posibles comportamientos extraños o problemas de salud, para su evaluación y tratamiento por parte del servicio veterinario del centro. Pueden comunicar esos cambios mediante el correo electrónico cicammajadahondavoluntarios@outlook.es
En el caso de los cachorros, no pueden salir a patios exteriores hasta que no tengan puestas las vacunas necesarias para empezar a relacionarse con otros cachorros. Antes de juntarlos con animales adultos, los voluntarios deben consultar al personal del centro de protección. Es importante respetar los tiempos de descanso de los cachorros, cepillarles con cuidado, entrenar sus comportamientos y, al igual que con los perros adultos, comunicar al CICAM posibles comportamientos extraños o problemas de salud para que el personal veterinario lo evalúe.
Este protocolo recoge también normas a seguir en el caso de los gatos. Los voluntarios podrán interactuar con ellos, aportándoles estímulos y juegos porque necesitan trepar, curiosear, esconderse, olfatear y atrapar. El documento subraya que para evitar que se frustren, es importante que, en algún momento del juego, los voluntarios permitan al gato atrapar el juguete, que debe haber sido previamente supervisado por el personal del CICAM. El contacto con los gatos nunca debe forzarse. Deben respetarse sus tiempos, permitir que nos conozcan y olfateen, y que vayan poco a poco confiando en nosotros. Las caricias deben ser breves, por la cara, el cuello y los costados del animal. La mayoría de los gatos prefiere no recibir esas caricias en zonas como las ingles y la tripa, y puede que alguno responda con un pequeño mordisco. Es muy importante que los gatos se relacionen entre ellos, pero siempre en parejas o pequeños grupos, sobre todo si son cachorros.
Como en el caso de los perros, los voluntarios que dediquen su tiempo a los gatos deben informar al personal del CICAM de nuevos comportamientos o posibles problemas de salud de los mininos para que sean evaluados por los servicios veterinarios.
El protocolo del voluntariado del CICAM recoge además algunas medidas de seguridad a la hora de tratar con perros adultos, como acercarse en cuchillas y con la palma de la mano hacia arriba o no mirarlo fijamente a los ojos, o no sobreexcitarle diciéndole cosas cuando el animal está demasiado nervioso. Los perros nos indican cuando necesitan espacio o si no le gustan las caricias. A la hora de despedirse, es importante asegurarse de cerrar bien las puertas y salir siempre mientras los miramos.
Con los cachorros, hay que medir los ruidos y los movimientos, no regañarles ni gritarles para que no se asusten y cojan miedos. Tampoco es bueno sobre estimularlos, y hay que procurar tiempos de relax y tranquilidad.
Con los gatos, es importante que los voluntarios visiten primero la zona de adultos y luego la zona de cuarentena, dejando la visita a los gatos con enfermedades infecciosas para el final y lavándose siempre después las manos. Los voluntarios deben evitar pasar a las zonas indicadas por el centro, y tampoco perseguir a los gatos que suelen señales previas de que no quieren ser molestados: orejas planas hacia atrás, mirada fija con pupilas dilatadas, o cuerpo agachado y en tensión. Hay que ser también cuidadosos con las puertas para evitar que se puedan escapar sin darnos cuenta.
Por otro lado, el protocolo recuerda a los voluntarios que no se permite su permanencia en el centro fuera de los horarios de atención al público, salvo excepciones autorizadas por la veterinaria, y que todos deben abandonar el centro 15 minutos antes del cierre para que el personal tenga tiempo de supervisar las instalaciones. La estancia máxima de permanencia en el centro es de dos horas y media, excepto para educadores y adiestradores colaboradores. Al entrar en el centro, todos los voluntarios deben registrarse con su nombre y firmas, describiendo claramente las tareas que van a realizar. Los voluntarios no pueden interferir en el proceso de acogida y/o adopción de los animales que corresponde al personal del CICAM. Los domingos y días festivos son días reservados al público.
Puede consultarse el protocolo del voluntariado del CICAM completo en la web del centro: https://cicam.es/protocolo-del-voluntariado/